Notas sobre la muerte voluntaria
1.
Kate Kellawey entrevistó a Anne Carson para The Guardian.
K- He leído que siempre tuviste una
fascinación por retratar volcanes. ¿A qué se debe esto?
A-Fue solo una temporada de ocio. De hecho,
los volcanes muertos son fáciles de pintar.
3.
Anaxágoras afirmó que morir es
una idea vacía y minúscula, también dijo que el sol es una piedra
incandescente. En su época, acusado por oponerse a los discursos cosmogónicos
terminó por abandonar Atenas y exiliarse en Lámpsaco (cerca del mar de
Dardanelos) donde según relatos apócrifos se dejaría morir de hambre. Su muerte,
aunque rodeada de persecuciones políticas, nunca significó oprobio y deshonra
para sus congéneres.
4.
Durante el Siglo II Claudio Eliano en De natural Animalium menciona a un pájaro de la India llamado Díkaoron cuyo excremento disuelto en agua es capaz de provocar la muerte. Este suplemento fue entendido como un antídoto para liberarse de los infortunios.
5.
Eliot Weinberger apunta en Rastros
Kármicos «los dioses no tienen memoria porque no conocen el tiempo». Nosotros
escupimos discursos, encerramos nuestras vidas en sensaciones pasadas
distinguiéndolas en anécdotas, ironías, tempestades, títulos, renuncias, es
decir, terminamos por acumular todo, sin embargo, no puedo ignorar que la dosis hace el veneno.
6.
El
manual definitivo del suicidio (Kanzen jisatsu manyaru)
fue escrito en Japón por Wataru Tsurumi en
1993.
Es un compendio
de notas e instrucciones cuyo fin es instruir al usuario a una muerte
voluntaria libre de fallos. Las subdivisiones corresponden al grado de dolor,
método y apariencia.
EJ: INMOLACIÓN
El método tiene gran impacto en las otras personas. El familiar tendrá secuelas después del encuentro. Se resume en: impactante para otros. Tu nombre quedará grabado en la memoria. Sin embargo, el sufrimiento es extremo. El cadáver es irreconocible en la mayoría de los casos.
7.
Vilas-Matas en Suicidios Ejemplares intervine la correspondencia que le envía Mário de Sá-Carneiro antes de acabar con su vida a Fernando Pessoa.
Matas seleccionó posiblemente el último archivo de una serie de cartas que corresponden al año 1916. Las notas abren con lo siguiente:
«tendrás que perdonarme querido amigo […] En este instante atravieso un período de insensibilidad que me impide expresar ideas. […] salgo por las mañanas, doy largos paseos, voy al teatro, paso horas en las cafeterías. […] Detesto el alcohol. No fumo. No juego. No me inoculo morfina ni cocaína. La absenta me sabe a simple agua […] En lo que a mí respecta, en todas las almas hay agujeros cuya ausencia se guarda hasta la muerte […] La propia Naturaleza las abrió sin permitir que la garganta humana pudiese encontrar sonidos para explicarlas».
julio 2022